El lanzamiento del nuevo Subaru Forester llegó a España en un momento extraño: los sub se habían puesto de moda, pero sus verdaderas capacidades offroad eran escasas en casi todos los modelos. En cambio, el Forester era un todoterreno a la antigua usanza, un verdadero coche para el monte.

Además, su precio base era caro, ya que tenía tracción integral y un equipamiento más completo que sus rivales. Descubrimos que competía en un segmento que no era en realidad el suyo.

El Forester, un todoterreno pensado para el campo, se parecía demasiado a los subs 4×2.

Junto con el cliente y el equipo de estrategia decidimos que debíamos diferenciarnos: el Forester no era un todoterreno más, era un auténtico 4×4. Y aunque el público era más limitado que para los subs genéricos sí que existía un público dispuesto a pagar más por un producto mejor.

Para lanzarlo, además de crear un spot utilizando las imágenes de las que disponíamos de internacional, creamos el manifiesto auténtico: el manifiesto por un mundo con menos tontería. Lo reflejamos en la web y lo posicionamos también a través de una actitud vital.

Conseguimos un objetivo mayor del esperado:
nos quedamos sin coches.

El concepto creció hasta convertirse en el claim de la marca en los años siguientes, estableciendo la diferenciación entre Subaru y el resto de fabricantes de vehículos.